Corea, año 1910. Una dinastía de 500 años llega a su fin. La destrucción de un mundo y el nacimiento de otro. Nuevas vestimentas, nuevas tecnologías, nuevas ciencias y una nueva mujer. Una modernidad periférica, al decir de Beatriz Sarlo, donde las ideas occidentales de progreso e igualdad llegan diferidas por el prisma nipón. En este nuevo mundo, nace el primer feminismo coreano. Tres jóvenes letradas a medio camino entre la tradición y la vanguardia.