Actualmente la cuestión mapuche está entre los asuntos públicos y políticos de mayor importancia del país. Pero a la vez, es de los temas más insolubles. Hay un evidente cuestionamiento del Estado, de su homogeneidad, de su unidad, de su impotencia en considerar las diversidades históricas de esta sociedad. Hace veinte años era una de las tantas materias de la denominada transición a la democracia, pero no tenía, ni de asomo, la centralidad que hoy ostenta. En este tiempo ha emergido como consecuencia de estos procesos, la imagen del colono. Hay quienes se molestan con el apelativo, señalando que todos son y somos chilenos, lo que es cierto. Pero en la medida que los mapuche apelan al origen, los no mapuche, de una u otra manera, también lo hacen. La violencia de las relaciones ha conducido a que la opinión pública comience a comprender el origen de estos conflictos.