La novela de Ronsino [...] trata de un crimen pasional, con dos víctimas inocentes, dos que no formaron parte del triángulo de la pasión y el engaño. En esa trama de víctimas y victimarios desplazados, muchas cosas no se explican: ¿por qué el policía y el delator aparecen, desde el principio, unidos en cabalgatas por la llanura? ¿Se necesitaban unidos desde ese comienzo para luego volverse indispensables en la venganza y en la deslealtad? ¿Es imprescindible que un policía sin conciencia moral, vinculado a los fusilamientos del 56, lea La guerra de Yugurta, de Suetonio, improbable regalo de su jefe? Aunque los cuatro monólogos son precisos y detallados, no dicen todo lo que saben, y lo que anticipan sólo puede leerse como enigma. El pasado es reticente, pero también lo es el presente, donde nadie sabe nada por completo.