
La incertidumbre de su naturaleza lo torturó hasta los quince años. Quería ser beta, la vida lo hizo omega. Y ahí es donde todo cambió, todo empezó. Inconformista, rebelde y poseedor de una fragancia que no cualquier alfa podría desear, Luke Tompsett era distinto y el mundo parecía no estar listo para aceptarlo. Él tampoco pretendía hacerlo. Instinto, piel, aroma y sabores que solo podían experimentar cuando estaban juntos; cuando estaban en celo