El hijo de un matrimonio de intelectuales, escritores y funcionarios públicos, se convierte en el verdugo que secuestra, viola y mutila a la joven que llegó del interior a Caracas para iniciar sus estudios en la universidad. No era la primera vez que agredía a una mujer. Pero esta vez su víctima, a quien dio por muerta, logró escapar y salvarse, solo para conocer la otra cara de la violencia institucional en violencia de género. Los fiscales y los jueces intentaron callar sus denuncias y minimizar los hechos. Una red de complicidad intentó ocultar una verdad atroz. Lo que nadie esperaba era que Linda Loaiza desarrollara en su padecimiento la fuerza para salvarse, confrontar a su verdugo y enfrentar a un sistema corrupto que eligió no creerle.