Con una mirada pictórica y poética, en esta novela se revela la infancia de una niña en un lago del sur de
Chile. A través de fragmentos breves que van y vienen por una memoria cargada de sentimientos y
revelaciones, una niña observa su excéntrico entorno. A pesar de crecer en una familia numerosa está
siempre en su propia isla, solitaria, observadora y asertiva. Vive tiempos alegres, sumergida en una vida
silvestre y retirada del mundo; y tiempos muy duros, constituidos sobre todo por el derrumbe constante de
los proyectos de sus padres y difíciles decisiones de los adultos que la afectan e implican.
María Edwards presenta en su primera novela un mundo auténtico, único y conmovedor.