1629, un joven soldado español es hecho prisionero por los Mapuche, después de la sangrienta batalla de Las Cangrejeras. Teme por su vida, y tiene razón: mientras algunos de sus captores quieren matarlo, otros le prestan auxilio. Así se van desplegando las singulares memorias de Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, quien escribió su Cautiverio feliz a más de cuarenta años de su salvación, en las que relata los aprendizajes y reflexiones fruto de lo vivido junto a quienes lo mantuvieron como prisionero. Esta obra fundamental de nuestra literatura es la base para esta adaptación a novela gráfica hecha por I. C. Tirapegui (guión) e Ismael Hernández (dibujo).