
Que lo aplaste con la cuchara, le dice Yayo al narrador de esta novela, su nieto mayor. El pájaro tiene las alas rotas, se le asoman las tripas. Está muriéndose. Carajo, aplástalo. El niño no es capaz, así que su abuelo toma la cuchara y, con los ojos vidriosos, termina con la agonía del canario. Hugo Forno (1970) debuta en la novela con Yayo, un texto sobre su abuelo español; un hombre tan fascinante como misterioso.