El latido narrativo de La mujer de verde, un best seller en países como Suecia, Noruega, Francia, Dinamarca o Alemania y, por supuesto, España, parte de la imbricación que la narrativa del autor islandés tiene en la realidad social, siempre completada con una cierta mirada histórica. Aquí el tema de fondo es la violencia doméstica, doloroso espejo en el que da miedo verse reflejado. Pero ante el que Indridason imparte toda una lección: son asesinatos de almas. La mujer de verde obtuvo el Golden Dagger, el prestigioso premio concedido en Gran Bretaña de la Crime Writers Association. En esta sensacional novela, Indridason parte del hallazgo de un hueso de una costilla humana en una urbanización de Reykiavik, conocida como Barrio del Milenario. Localizado el cadáver enterrado en el solar de un edificio en construcción, Erlendur, Sigurdur Óli y Elínborg tendrán que esperar a que los arqueólogos caven y analicen a quién o quiénes corresponden los huesos, que llevan ahí, aparentemente, al menos entre cincuenta y setenta años. Pero Erlendur no tiene paciencia: la investigación tratará, entre tanto, de recomponer qué era aquel lugar entonces, en plena Segunda Guerra Mundial.